domingo, 20 de noviembre de 2011

Sebastian Casanova
Evangelio del 20.11.11:
Evangelio según San Mateo 25,31-46.
"Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, se sentará en su trono glorioso. Todas las naciones serán reunidas en su presencia, y él separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos, y pondrá a aquellas a su derecha y a estos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: 'Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver'.Los justos le responderán: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te dimos de comer; sediento, y te dimos de beber?¿Cuándo te vimos de paso, y te alojamos; desnudo, y te vestimos?¿Cuándo te vimos enfermo o preso, y fuimos a verte?'.Y el Rey les responderá: 'Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo'.Luego dirá a los de su izquierda: 'Aléjense de mí, malditos; vayan al fuego eterno que fue preparado para el demonio y sus ángeles, porque tuve hambre, y ustedes no me dieron de comer; tuve sed, y no me dieron de beber; estaba de paso, y no me alojaron; desnudo, y no me vistieron; enfermo y preso, y no me visitaron'.Estos, a su vez, le preguntarán: 'Señor, ¿cuándo te vimos hambriento o sediento, de paso o desnudo, enfermo o preso, y no te hemos socorrido?'.Y él les responderá: 'Les aseguro que cada vez que no lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, tampoco lo hicieron conmigo'.Estos irán al castigo eterno, y los justos a la Vida eterna".


Nicolás Neville de Anquin: Es consolador saber que hay un camino para la salvación y es precisamente el que menos lo debemos publicitar, en el sentido de que cuando damos limosna, no tiene ni siquiera que saber tu mano derecha lo que hace tu mano izquierda, debemos ayudar con alegría a los mas necesitados, y con tal constancia y empeño, que deberíamos hacerlo inconscientemente, que nuestro cielo sea algo rutinario. Muchos evangelistas dicen que el hombre se salva por la fe y no por las obras, pero si realmente tuviésemos fe de que Cristo está en el prójimo y en el necesitado especialmente, se darían cuenta que hacerles el bien con obras y desprendimientos materiales y espirituales sería parte natural de motivos de salvación personal, pues ¿Que es el cielo sino el amor en acción entre los hombres? ¿Y por ende entre los hombres y Dios?

De Nicolás José Neville domingo 20 de noviembre de 2011

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