lunes, 11 de julio de 2011

La semilla es nuestra mente y la tierra el corazón

Evangelio del 10 7.11:
Evangelio según San Mateo 13,1-23.
"Aquel día, Jesús salió de la casa y se sentó a orillas del mar. Una gran multitud se reunió junto a él, de manera que debió subir a una barca y sentarse en ella, mientras la multitud permanecía en la costa. Entonces él les habló extensamente por medio de parábolas. Les decía: "El sembrador salió a sembrar. Al esparcir las semillas, algunas cayeron al borde del camino y los pájaros las comieron. Otras cayeron en terreno pedregoso, donde no había mucha tierra, y brotaron en seguida, porque la tierra era poco profunda; pero cuando salió el sol, se quemaron y, por falta de raíz, se secaron. Otras cayeron entre espinas, y estas, al crecer, las ahogaron. Otras cayeron en tierra buena y dieron fruto: unas cien, otras sesenta, otras treinta.¡El que tenga oídos, que oiga!".Los discípulos se acercaron y le dijeron: "¿Por qué les hablas por medio de parábolas?".El les respondió: "A ustedes se les ha concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos, pero a ellos no. Porque a quien tiene, se le dará más todavía y tendrá en abundancia, pero al que no tiene, se le quitará aun lo que tiene. Por eso les hablo por medio de parábolas: porque miran y no ven, oyen y no escuchan ni entienden. Y así se cumple en ellos la profecía de Isaías, que dice: Por más que oigan, no comprenderán, por más que vean, no conocerán, Porque el corazón de este pueblo se ha endurecido, tienen tapados sus oídos y han cerrado sus ojos, para que sus ojos no vean, y sus oídos no oigan, y su corazón no comprenda, y no se conviertan, y yo no los cure. Felices, en cambio, los ojos de ustedes, porque ven; felices sus oídos, porque oyen. Les aseguro que muchos profetas y justos desearon ver lo que ustedes ven y no lo vieron; oír lo que ustedes oyen, y no lo oyeron. Escuchen, entonces, lo que significa la parábola del sembrador. Cuando alguien oye la Palabra del Reino y no la comprende, viene el Maligno y arrebata lo que había sido sembrado en su corazón: este es el que recibió la semilla al borde del camino. El que la recibe en terreno pedregoso es el hombre que, al escuchar la Palabra, la acepta en seguida con alegría, pero no la deja echar raíces, porque es inconstante: en cuanto sobreviene una tribulación o una persecución a causa de la Palabra, inmediatamente sucumbe. El que recibe la semilla entre espinas es el hombre que escucha la Palabra, pero las preocupaciones del mundo y la seducción de las riquezas la ahogan, y no puede dar fruto. Y el que la recibe en tierra fértil es el hombre que escucha la Palabra y la comprende. Este produce fruto, ya sea cien, ya sesenta, ya treinta por uno".

Nicolás Neville de Anquin La semilla que propone Jesús es la de nuestro auto-conocimiento, o sea la de descubrir el proyecto de Dios en nosotros en el silencio , Pues la semilla que cae superficialmente es como una persona que vive superficialmente y se aturde con la cosas del mundo para no darse cuenta que su verdadero lugar está en tierra adentro, que la semilla que callo en tierra buena, dio fruto en abundancia porque tuvo la audacia de auto conocerse en el silencio de las profundidades del terruño (profundidades del alma), muchos andamos a los gritos y enloquecidos para no darnos cuenta del verdadero sin sentido que estamos viviendo nuestra existencia, pero si encontramos tiempo todos los días para rezar y meditar "tierra adentro", encontraremos el verdadero silencio de Dios, que es encontrarnos con el proyecto de Vida que Dios nos propone en nuestro corazón y en las señales de cada día que nos guían hacia los designios del cielo. Pues una semilla que no quiere hacerse responsable de su misión en la tierra, y se aturde con las lluvias pasajeras, y se expone a que se la coman los pájaros, nunca madurará en su justa medida, y no habrá cumplido la misión que Dios le da de introducirse en las profundidades de la tierra y de su alma, para experimentar el silencio de las cosas terrenales y empezar a escuchar la vos de las cosas celestiales. Esto nos demuestra que mucha gente se enloquece y se queja de todo porque en el fondo no se conoce a ella misma, y que su grito de infelicidad puede llegar al cielo pero si ella no entra en su corazón y reza y medita, será como esa semilla que nunca entro en "tierra adentro", y nunca supo para que vino a este mundo, porque no germinó en el auto-conocimiento del amor ni de Dios ni de los Hombres, Nuestra mente, es nuestra semilla, el germen de toda verdad, y nuestro corazón, es la tierra, nuestro sustrato que nutre el germen de verdad en el amor. La semilla no sería nada sin la tierra y la tierra sin la semilla, por eso se equilibran unas con otras, tal como lo hace el corazón con la mente. Para dar fruto la semilla debe penetrar la tierra y florecer de esta manera lega a su auto-conocimiento completo, de la misma manera para que nosotros lleguemos a nuestra iluminación debemos entrar nuestra semilla de la mente en nuestro corazón tal como lo hace una tortuga dentro de su caparazón. Hagamos como María que meditaba y guardaba todo en su corazón, sembrando en su alma la semilla de la verdad.

A continuación un extracto de otro blog de internet: http://ellujodeserpobre.blogspot.com/

viernes 1 de julio de 2011

Equilibrio, Mente Corazón Corazón Mente


Mente: Amigo, tu quieres escribirle?
Corazón: No...
Mente: Corazón estas seguro?
Corazón: Si...
Mente: Pero, como?! Si hace unos meses atrás te morías por escribirle... recuerdo que yo debía frenarte, con mi razón...Verdaderamente no sientes, de escribirle?
Corazón: Ya no, y no se si seras tu Mente... que lo has logrado... seguramente si, comprendí que yo quise gobernar ante tu reino mi querida Mente y no todo es parte de mi reino, para que yo funcione adecuadamente debo prestarte atención cuando hablas. Te debo unas disculpas mi querida amiga...
Mente: Corazón! comprendo lo que dices, yo tampoco podría actuar independiente a ti, tu eres mas fuerte!!
Corazón: En eso coincido, tu bien sabes que la fortaleza nace del centro, pero el autocontrol es tu reino y lo justo es que juntos actuemos... ahora dime, cual es la formula adecuada? Mente Corazón o Corazón Mente...
Mente: Corazón Mente = Equilibrio / Mente Corazón = Equilibrio
Corazón: Pero como llegas a esa conclusión?
Mente: Facil...se sabe que, todo pensamiento nace de un sentimiento o bien dicho de otra forma, tus pensamientos deben convertirse en sentimientos para hacerse realidad. Como bien indica el 2º principio de correspondencia, como es arriba es abajo, como es abajo es arriba!... Los sentimientos ayudan al pensamiento, para que se transformen en una realidad y la realidad vendría a ser algo así como el equilibrio.
Corazón: Bien, entonces actuemos!
Mente: bien... pero es un trabajo en conjunto, para actuar primero debemos saber, que es lo que queremos... fijar un objetivo, no importa el tiempo que nos lleve, ahora bien tienes en claro que esto es lo que quieres?
Corazón: Si, creo que tu también mi querida Mente lo sabes, quieres eso mismo que yo!
Mente: Por fin! Mi querido Corazón, congeniamos!!!
FIN